artículo escrito por Carlos Celdrán Koltès-Koltès, Azama
Notas al programa
Roberto Zucco es
ya un texto clásico a pesar del poco tiempo transcurrido
desde su escritura. Su fuerza y la síntesis de sus imágenes
no cesan de cobrar intensidad y clarividencia con el paso del tiempo. Al
intentar por segunda oportunidad dirigir la obra, los puentes y las conexiones
de sus personajes con la actualidad se han hecho mucho más nítidos
y sorprendentes para el equipo que esta vez ha trabajado en ello.
Bernard-Marie Koltès es sin dudas uno de los más importantes
autores de nuestro tiempo, con un discurso que privilegia la palabra y
el fragmento, la intensa poesía y el realismo más directo,
su teatro busca con complicidad unir la tradición realista sicológica,
el vértigo clásico y la radicalidad de las vanguardias, sin
ocultar sus citas y sus obsesiones en sus obras todo reaparece bajo una
nueva luz que deforma o amplifica la realidad. Especialmente en Roberto
Zucco, su obra póstuma, Koltès murió víctima
del sida a los 43 años de edad, la recreación de la vida
de este asesino en serie, sacado de la crónica roja francesa e italiana
de hace unos pocos años, le permite crear de nuevo un tipo de antihéroe
para nuestros tiempos, heredero del Jerry del Cuento de Zoo de Albee, con
reminiscencias nizchteanas, su aliento llega hasta Hamlet. Zucco encandila
y desangra con su vértigo y su furia la realidad, negador, su revuelta
contra todo, sus crímenes vacíos y desesperados, establecen
una empatía inesperada con el espectador. Todos los personajes que
Koltés sitúa alrededor de Zucco son vaciados en negativo
del protagonista, la red de relaciones que tejen es el tapiz final de un
mundo que no tiene ya código moral pero si ansias y odio y ganas
de vivir y de cambiar, poesía y destrucción dan al final
otro tipo de fe, que no por difícil deja de ser terriblemente bella
y cargada de auntenticidad.
Roberto Zucco tuvo su estreno mundial en Berlín en 1990 bajo la
dirección de Peter Stein, a partir de entonces ha tenido múltiples
montajes en todo el mundo, en Cuba se estrenó en 1995 bajo mi dirección.
Esta nueva versión de la obra no parte de los presupuestos formales
ni de los objetivos de aquella sino que intenta adentrarse en zonas nuevas
de cara a un momento social y personal distinto. Quizás el sueño
del protagonista de ser invisible, el sueño antiutópico por
excelencia de no querer ser nadie, de no querer ser nada, sólo un
tren que atraviesa tranquilamente una pradera, sigue deslumbrándonos
con su capacidad de revuelta y belleza.
Carlos Celdrán
Elenco
Roberto Zucco: Caleb Casas
Su Madre: Verónica Díaz
La Chiquilla: Rachel Pastor/
Edith Obregón
Su Hermana: Zulema Clares/Ysmercy Salomón
Su Hermano: Geordanis Carcasés
Su Padre: José Luis Hidalgo
Su Madre: Verónica Díaz
El señor Mayor: José Luis Hidalgo
La señora Elegante: Yailene Sierra
Su hijo: Ariel Fundora
El forzudo: Danilo Aguilar
El Chulo impaciente: Yohanys Lubín
La Patrona: Esther Cardoso
La Puta Alterada: Fanny Rojas/
Yailín Rodríguez
El Inspector Melancólico: Danilo Aguilar
Un inspector: José Luis Hidalgo
Un comisario: José Luis Pérez
Guardia Primero: José Luis Hidalgo
Guardia Segundo: Danilo Aguilar
Puta del bar 1: Miriam Prieto
Puta del bar 2: Mariana Valdés
Mujer del pueblo: Mariana Valdés
Hombre del pueblo: José Luis Pérez
Equipo de realización
Diseño de vestuario: Vladimir Cuenca
Diseño de escenografía: Alain Ortiz
Traducción del francés: Carla Matteini
Música: Fragmentos del disco Delirium Tremens de X Alfonso
Versión y arreglo de la canción Sombras: Ulises
Hernández
Diseño de luces: Manolo Garriga
Asistente de dirección: Ileana Rodríguez
Producción: Manolo Garriga, Yuri Llauradó y
Diliara Romero
Sonido: Ileana Rodríguez
Realización y edición de banda sonora: Ileana
Rodríguez
y Manolo Garriga
Armas: Jorge Rojo
Roberto Zucco
de Bernard-Marie Koltès
Roberto Zucco se estrenó el 28 de Junio del 2003 en el 9no Piso del Teatro Nacional de Cuba. Recibió el Premio Caricato a la mejor puesta en escena del año y el Premio de la Crítica. palabras de agradecimiento